EL RENACIMIENTO DE TU CUERPO: DESCUBRE CÓMO EL BEBER AGUA PUEDE TRANSFORMAR TU BIENESTAR

El agua es imprescindible para la existencia de la vida y tiene numerosas funciones en el cuerpo humano. Compone el 75% del peso corporal en los bebes y el 50% del peso corporal en los adultos, y es elemental para la homeostasis celular.

El agua en nuestro cuerpo disuelve y transporta nutrientes y productos de deshecho en la sangre.

Cuando los productos de deshecho se transportan a los riñones, se filtran y se excretan en forma de orina, manteniendo una concentración sanguínea constante.

Sumado a ello, diversas reacciones bioquímicas se producen en una solución acuosa en el cuerpo, lo que mantiene la actividad celular y regula la temperatura corporal.

De hecho, sin agua, los seres humanos solo pueden sobrevivir durante algunos escasos días.

Los efectos de la deshidratación no son solo afecciones agudas como un golpe de calor, sino también un mayor riesgo de cálculos renales, enfermedad renal crónica, infecciones del tracto urinario, enfermedades cardiovasculares y enfermedades metabólicas.

Adicionalmente, un informe reciente halló que la deshidratación leve afecta el estado de animo y las funciones cognitivas.

Durante los últimos 10 año ha ido aumentando el interés por comprender la importancia de una hidratación adecuada.

Por ejemplo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha revisado la ingesta recomendada existente de sustancias con efecto fisiológico incluyendo el agua, ya que es esencial para la vida y la salud.

La EFSA ha definido la ingesta adecuada (IA) como 2 Litros al día para las mujeres y 2.5 Litros al día para los hombres, derivada de una combinación de la ingesta observada en grupos de población con valores deseables de osmolaridad de la orina y volúmenes de agua deseables por unidad de energía consumida.

Mientras que el Instituto de Medicina de EE. UU. (IOM) define la ingesta adecuada como 3.7 Litros al día para hombres y 2.7 Litros al día para mujeres.

De acuerdo a un estudio científico de seguimiento, realizado en Europa, el consumo de agua se asocia inversa e independientemente con el riesgo de desarrollar hiperglucemia.

Añadido a eso, los científicos sugieren que la arginina vasopresina (AVP), liberada por la glándula pituitaria posterior, puede tener un rol protagónico en el desarrollo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Por mencionar una de las múltiples funciones fisiológicas de la AVP la cual es la de mantener una osmolalidad plasmática constante en condiciones de bajo consumo de agua mediando la reabsorción de agua a través del receptor 2 de vasopresina en los conductos colectores renales.

Adicionalmente, existen muchas formas potenciales en las que la AVP podría influir en el metabolismo de la glucosa; en particular, el receptor de vasopresina 1a, que se expresa ampliamente en el cuerpo, participa en la glucogenólisis y la gluconeogénesis en el hígado.

 Hasta la fecha se han realizado diversos estudios científicos de intervención sobre el consumo de agua.

En un ensayo aleatorizado de 12 meses con una intervención de consumo de agua de 1.5 Litros al día en pacientes con infecciones recurrentes del tracto urinario, el número medio de regímenes antimicrobianos utilizados para tratar los episodios de cistitis fue menor que en el grupo de control.

Dicho ensayo sugirió que un mayor consumo de agua es una estrategia eficaz para ahorrar antimicrobianos para prevenir la cistitis recurrente en mujeres premenopáusicas, las cuales bebían pequeños volúmenes de liquido diariamente.

En tanto que en un ensayo aleatorizado de una intervención de 3 meses con una ingesta de agua de 1.5 Litros al día en pacientes con dolores de cabeza, se redujeron los dolores de cabeza y se incrementó la calidad de vida del paciente.

Sumado a ello, en un estudio científico que aumentó la cantidad de consumo de agua durante 4 días para mujeres jóvenes estadounidenses que tenían bajos niveles de ingesta de líquidos, se halló que el volumen de orina aumentaba, la osmolalidad de la orina disminuía y la concentración plasmática de AVP disminuía.

En adición a todo lo anterior, los científicos han informado que cuando personas con niveles elevados copeptina, un marcador sustituto de AVP, y un bajo nivel de consumo habitual de agua recibieron 1.5 Litros de agua suplementaria durante seis semanas, tanto el nivel de copeptina como la concentración de glucosa en sangre disminuyeron.

¿QUÉ PASA CON MI SALUD AL MEJORAR MI CONSUMO DE AGUA?

Los científicos llevaron a cabo un ensayo aleatorizado durante 12 semanas, en el que los participantes bebieron dos botellas de agua de 550 ml adicionales a su consumo habitual de líquidos.

Donde los sujetos bebieron una botella de agua (550 ml) dentro de las 2 horas posteriores a despertarse y una botella (550 ml) 2 horas antes de acostarse. Con un consumo promedio cercano a los 2 litros de agua al día.

Los principales efectos del consumo de agua en dicho estudio fueron una disminución de la presión arterial y un aumento de la temperatura corporal.

Los científicos sugieren que los mecanismos por los cuales habría disminuido la presión arterial incluyen: la eliminación del exceso de sodio y agua debido a la mejora de la función renal; cambios en la secreción de hormonas implicadas en el aumento de la presión arterial, como la renina y la aldosterona; y una disminución de la resistencia vascular periférica debido a la excreción de desechos.

Una posibilidad concebible es que se excreten productos de desecho o se diluyan componentes sanguíneos, reduciendo así al menos la resistencia vascular, ya que hubo una reducción del BUN y el hematocrito.

Con respecto al aumento de la temperatura corporal, como la temperatura inicial difirió entre los grupos, esto puede ser una regresión a la media.

Dicho estudio científico fue realizado entre septiembre y diciembre en Sapporo, y la temperatura atmosférica mensual media varió de 18.9 °C a -1.0 °C.

Sapporo, Japón

Mientras que el grupo de control mostró una disminución de la temperatura corporal con el cambio de estación, el grupo de intervención parece haber suprimido esta disminución.

La alteración de la termorregulación debido a la deshidratación, la reactividad más lenta de los vasos sanguíneos de la piel con la edad y la disminución del flujo sanguíneo en la piel provocan una perdida de calor en el cuerpo.

Los científicos creen que, al inducir un estado bien hidratado en las personas mayores, es posible mejorar la disminución del control de la temperatura corporal y suprimir la pérdida de calor.

Es de conocimiento publico que la hipertemia afecta el metabolismo y la función inmune, poder mantener o elevar la temperatura mediante agua suplementaria puede mejorar el metabolismo y la función inmune.

Añadido a eso, los científicos examinaron como los mecanismos de elevación de la temperatura corporal pueden estar relacionados con el cambio en la flora intestinal.

Como resultado, vieron una correlación débil entre el aumento de la temperatura corporal debido al consumo de agua y la disminución de Kineothrix sp. , Feacalibacterium Prausnitzii y Ruminococcaceae.

Dichas bacterias pueden haber estado involucradas en el mecanismo de regulación de la temperatura.

Otro efecto sugerido es la supresión del deterioro de la función renal. A medida que disminuye el nivel de BUN, los científicos creen que es posible que el material de desecho se diluya o excrete.

Sumado a ello, aunque la TFGe disminuyó significativamente en el grupo de control desde la semana 0 a la semana 8, no hubo un cambio tan significativo en el grupo de intervención.

Dicho de otro modo, los científicos creen que la suplementación con agua ayudó a suprimir la disminución de la función renal que se produce debido a la deshidratación durante el invierno.

Aunque se sabe que la función renal disminuye con la edad, el consumo habitual de agua puede suprimir la disminución de la función renal.

En detalle, se infiere que los adultos mayores tienen una presión osmótica plasmática en estado estacionario más alta que las personas más jóvenes, y tienden a deshidratarse fácilmente durante el verano y el invierno.

Lo que aumenta aún más la presión osmótica plasmática y afecta la estimulación del nervio simpático y la secreción hormonal.

Al suprimir el aumento de la presión osmótica plasmática, es posible normalizar este impacto.

En otras palabras, una buena hidratación podría conducir al mantenimiento de la homeostasis en diversas funciones fisiológicas como el transporte de nutrientes, la eliminación de desechos y la secreción de hormonas.  

En suma, los científicos concluyeron que aumentar el consumo de agua para mantener niveles óptimos de hidratación representa una intervención segura y prometedora con el potencial de reducir la presión arterial, aumentar la temperatura corporal, diluir los desechos sanguíneos y proteger la función renal.

Por lo tanto, aumentar el consumo de agua cotidianamente puede proporcionar diversos beneficios para la salud.

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