Beneficios del ejercicio físico en adultos mayores

El envejecimiento poblacional es un fenómeno que está ocurriendo en la mayoría de países en el mundo, por tal motivo, los expertos prevén que este cambio demográfico está por convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI.

De acuerdo al informe “Perspectivas de la Población Mundial”, se espera que el número de adultos mayores, se duplique para 2050 y triplique para 2100.

El incremento de adultos mayores en la población mundial y la transición epidemiológica, significan un importante desafío en materia de atención a la salud, asistencia social, cuidados, empleo y pensiones, entre otros temas.

En relación con la atención social y la salud, el mayor reto será que las personas tengan acceso a servicios adecuados, que permitan atender los cambios derivados del aumento en el predominio de condiciones crónicas que provocan discapacidad y dependencia.

Lo cual ocasiona una presión creciente en la demanda de servicios de apoyo que le permita a las personas continuar realizando sus actividades de la vida diaria.

De la misma forma, se estima que será necesario implementar políticas que promuevan un envejecimiento saludable que permita contener la pérdida funcional y la dependencia de las personas adultas mayores.

Como consecuencia al envejecimiento poblacional, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó, en los años 1982 y 2002, a asambleas mundiales para tratar este problema.

En estas reuniones se estableció un compromiso por medio de una declaración política y un plan de acción internacional que incorpora tres directrices: las personas de edad y el desarrollo, el fomento de la salud y bienestar en la vejez, y la creación de un entorno propicio y favorable.

La doctora Margaret Chan, directora general de la OMS entre 2007 y 2017, en el “informe mundial del envejecimiento y la salud” publicado en el año 2015, menciona las profundas consecuencias para la salud, su personal y su presupuesto.

Que implicara el envejecimiento poblacional; señala también que los retos planteados en el presente siglo deben ser enfrentados con prontitud.

En el informe se resalta que en la mayoría de los adultos mayores lo más importante es mantener la capacidad funcional, y que el envejecimiento saludable es algo más que la ausencia de enfermedad.

Se aspira, después de un debate multidimensional, encontrar una respuesta más apropiada de la salud pública respecto al envejecimiento de la población, es decir, considerar esta etapa como una nueva oportunidad para las personas y la sociedad en general.

La atención de personas dependientes y con enfermedades crónicas en un contexto de envejecimiento poblacional es un desafío creciente en países de ingresos medios y bajos.

En los que el ambiente económico desfavorable y las consecuencias de los determinantes sociales de la salud impactan de manera negativa, en especial a la población más vulnerable, como las personas mayores y las personas con alguna discapacidad.

Este reto se vuelve aún mayor si consideramos que la mayoría de estos países no cuentan con sistemas públicos de atención a la dependencia y, además, tienen sistemas de salud y seguridad social que no resuelven de manera óptima las necesidades de apoyo.

La población mundial en el grupo de los mayores de 60 años, incrementa de forma considerable, sobre todo en países desarrollados, donde la esperanza de vida ha aumentado significativamente.

El crecimiento poblacional en este grupo de la sociedad, sin dudas, es un reto para las políticas de salud y para las Ciencias sociales.

Lo que lleva a los diferentes actores sociales a trabajar en aras de mejorar cada vez más el goce de esos últimos años de vida que, indudablemente, se han ampliado en los últimos tiempos.

La calidad de vida de los adultos mayores, es el resultado de la compleja interacción entre factores objetivos y subjetivos.

Los primeros constituyen las condiciones externas: económicas, sociopolíticas, culturales, personales y ambientales que facilitan u obstaculizan el pleno desarrollo del ser humano, de su personalidad.

Los segundos están determinados por la valoración que el sujeto hace de su propia vida.

Por tanto, podemos decir, que la calidad de vida es la percepción que una persona tiene acerca de su propia vida que se produce dentro del contexto de la cultura y el sistema de valores, y normas en los que vive y está intrínsecamente vinculado con sus objetivos y sus expectativas.

Corresponde a un concepto muy amplio y complejo, que está definido por la salud física de la persona, su estado psicológico, su nivel de independencia, conjuntamente con su relación con los elementos sociales y económicos fundamentales de su entorno.

El proceso de envejecimiento suele estar acompañado de limitaciones en las habilidades físicas e incluso en la vida social.

Es común que, en esta etapa de la vida, las personas realicen menos actividades y hagan menos planes, sin embargo, es algo que se puede solucionar, y se llega incluso a conseguir adecuados niveles de bienestar dependiendo del entorno y el propio individuo.

Calidad de Vida

Un planteamiento emitido por la OMS en 2001 sobre la capacidad funcional, considera una nueva percepción del funcionamiento, la discapacidad y la salud, llamado el modelo CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento).

El cual es muy aplicable al estudio sobre la calidad de vida en la tercera edad. Al analizar los componentes de la CIF se observa una correspondencia con los componentes de la calidad de vida.

De acuerdo con este modelo existe una capacidad intrínseca, unas determinadas características del ambiente en el que se encuentra el adulto mayor y una interacción entre ambos elementos.

Se hace referencia también a una herencia genética que luego es potenciada o no por el medio social. Al mismo tiempo que ese medio va conformando el desarrollo de su personalidad, con sus características y rasgos propios.

Con respecto a la salud, conviene resaltar la influencia de los factores de riesgo, muchos de ellos relacionados al comportamiento humano. Todo esto determinara la capacidad intrínseca de la persona que, en interacción con el medio, determinara su capacidad funcional.

El adulto mayor debe hacer ejercicio físico de forma sistemática, a la par que interactúa con otras personas de su edad, que le brindan apoyo social, en conjunto con un sentido de su vida mediante una espiritualidad, religiosa o no, que le permita una óptima calidad de vida.

La Organización Mundial de la Salud, destaca el importante papel del ejercicio físico para alcanzar un envejecimiento saludable y con calidad de vida.

En su informe mundial sobre el envejecimiento y la salud de 2015, este organismo internacional afirma que la actividad física a lo largo de la vida tiene como principal beneficio aumentar la longevidad.

Es un gran número de beneficios que se obtiene del ejercicio físico sobre la calidad de vida en la vejez. Se preserva la fuerza muscular y la función cognitiva, reduce los niveles de ansiedad y depresión, y mejora significativamente la autoestima.

En relación a la salud física, reduce los riesgos de padecer enfermedades crónicas, principalmente las vasculares de cualquier localización (cerebral, central y periférica).

Dentro de las estrategias para mantener la calidad de vida del adulto mayor, es el ejercicio físico, una pieza fundamental ya que ha probado generar diversos cambios positivos en su salud.

Por mencionar algunos, se encuentran mejoras en el equilibrio, fuerza muscular, capacidad de ambulación del adulto mayor, rendimiento físico, aumento de la memoria y atención, coordinación e interacción social, mayor masa ósea y muscular.

También se ha observado una disminución en el riesgo de padecer osteoporosis y tener un mejor pronostico en la recuperación de distintas enfermedades, así como el aumento de los niveles plasmáticos de vitamina D.

Adicionalmente, se ha documentado que tener contacto con espacios naturales genera beneficios para la salud física y mental.

Entre los espacios naturales que se han estudiado por su contribución a la salud, los más relevantes son los espacios verdes.

Estos son aquellos espacios conformados por un terreno parcial o totalmente cubiertos por pasto, árboles, arbustos o cualquier otro tipo de vegetación, por ejemplo: parques, jardines comunitarios, patios de escuela, etc.

Igualmente se han considerado los espacios azules, es decir, ambientes al aire libre, naturales o artificiales, que tienen una gran cantidad de agua y son accesibles a los seres humanos de manera proximal (estando en, sobre o cerca del agua) o distalmente (pudiendo ver, oír o sentir el agua de otra manera).

Disponer de un espacio verde en el área de residencia de las personas esta asociado con el aumento de la felicidad y la satisfacción con la vida, asimismo, ofrecen un entorno propicio para realizar ejercicio físico y promueve que las personas estén más activas.

Son lugares donde las personas suelen pasear, hacer ejercicio, observar aves y conversar en espacios verdes, esto contribuye a reducir el estrés laboral y mejora la relación con la familia.

Del mismo modo, se ha observado que los espacios naturales coadyuvan a superar dificultades emocionales y de comportamiento en niños y síntomas depresivos en adolescentes y adultos jóvenes.

Lo mismo se puede apreciar en los espacios azules que mejoran el bienestar psicosocial, convirtiéndose en áreas fundamentales para la promoción de la salud pública.

En virtud de lo antes mencionado, realizar ejercicio físico al aire libre en adultos disminuye los niveles de ansiedad y favorece el bienestar psicológico y cuando se realiza en espacios naturales genera una mayor atención dirigida y aumenta las interacciones sociales.

Por lo tanto, en adultos el ejercicio físico que se lleva a cabo en espacios al aire libre tiene un mayor efecto sobre el bienestar mental que cuando se realiza en espacios cerrados.

Por lo anterior podemos inferir que la actividad física y los espacios naturales en conjunto pueden brindar beneficios potenciados a la salud de los adultos mayores.

Población de adultos mayores en México

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México se encuentra en una etapa avanzada de la transición demográfica conforme a la tipología elaborada por la CEPAL.

Etapa en la que también se encuentran Brasil, Colombia y Costa Rica, la cual se caracteriza por tasas de crecimiento natural bajas entre 1.3% y 1.4%.

Con tasas globales de fecundidad de alrededor de 2 hijos por mujer en edad reproductiva y esperanzas de vida al nacer que superan los 75 años.

En particular, la población de personas mayores de 60 años en México crece a un ritmo más acelerado que la población total.

Según datos de las Naciones Unidas, en 2015 este sector de la población llegó a los 12 millones de personas, lo cual es equivalente al 10% de la población, superando por primera vez al grupo de los niños de 0 a 4 años.

De continuar las tendencias de fecundidad y mortalidad como hasta ahora, se espera que en 2050 los adultos mayores lleguen a representar 25% de la población, alcanzando los 40 millones de personas.

Los principales factores que han contribuido a la transición demográfica en México, como en otros países, son un marcado descenso en las tasas de fecundidad y una disminución más progresiva en las tasas de mortalidad.

¿Cómo mejorar la calidad de vida de los adultos mayores?

La calidad de vida de los adultos mayores tiene diferentes variables y factores que la condicionan. Por ello se han realizado diversos estudios para evaluar la relación entre el ejercicio físico y la calidad de vida en la población de personas de la tercera edad.

La investigadora Rodríguez Diaz comprobó que la independencia funcional, un elemento esencial de la calidad de vida en la vejez, está condicionada por la medida en la que han sido conservadas las funciones cognitivas y la calidad de vida de la función física y social.

Recurriendo a un programa de ejercicios físicos consistente en dos sesiones a la semana de 30 minutos de entrenamiento, se logra mejorar esa función física en los participantes.

Esta autora resalta la necesidad de mejorar la independencia funcional a base de un reforzamiento de la autoestima y la autoeficacia en las personas de la tercera edad, insistiendo en el ejercicio físico.

De tal manera que se optimicen las habilidades, adaptadas a las capacidades funcionales.

De esta manera, la autora diseñó y aplicó a un grupo de personas de la tercera edad entre 75 y 99 años, un programa llamado “Convivir con la dependencia y el bienestar”.

De carácter multidisciplinario, cuyo principal objetivo es el de desarrollar las funciones físicas del adulto mayor.

Esta intervención incluye ejercicios aeróbicos adaptados a la edad de los participantes y las capacidades funcionales conservadas, realizados en dos sesiones semanales de 30 minutos.

Donde cada sesión incluye un entrenamiento completo: calentamiento, ejercicios de flexibilidad, ejercicios para mejorar la coordinación, de fuerza muscular, resistencia, enfriamiento y relajación.

Esta intervención ha demostrado ser efectiva en la mejora del bienestar físico en cuanto a aumentar la ejecución de los gestos funcionales, y más adecuada realización de actividades de la vida diaria.

De la misma manera se demuestra su efecto sobre el bienestar emocional, entendido como menor ansiedad, mayor autoestima y percepción de autoeficacia y mejor percepción de salud.

Por su parte, el científico Vicentini realizó un estudio experimental distribuyendo a 120 adultos mayores, entre 60 y 70 años de edad en 3 grupos.

Uno de ellos fue sometido a ejercicios aeróbicos acuáticos; otro, a entrenamiento de fuerza para aumentar masa muscular y el tercero, fue sometido a ejercicio físico comúnmente practicados en las academias de la tercera edad en Brasil.

El periodo estudiado comprendió 3 meses y la frecuencia de la práctica de ejercicios fue de dos veces a la semana.

Todos los participantes mostraron mejorías en el test de calidad de vida aplicado, el WHOQOL-OLD, particularmente aquellos participantes del grupo de ejercicios de fuerza para aumentar masa muscular.

Como sabemos, con los años se va perdiendo gradualmente la masa muscular y, en consecuencia, la fuerza que permite desarrollar las actividades físicas de cualquier tipo.

Los ejercicios orientados a incrementar la masa muscular permitirán el máximo rendimiento de los adultos mayores acorde con las condiciones y capacidades de cada uno de ellos.

Por añadidura, como demuestra el estudio anteriormente citado, todo tipo de ejercicio mejora la calidad de vida, en vista de que eleva el bienestar físico y espiritual de los adultos mayores.

Finalmente, la actividad física tiene un papel preponderante como determinante en la calidad de vida de los adultos mayores.

Existe una clara relación entre el ejercicio físico y los elementos incluidos en la calidad de vida de los adultos mayores.

Tales como independencia funcional, función física (vitalidad), autoestima, funcionamiento cognitivo, bienestar subjetivo, salud mental, optimismo, envejecimiento saludable e integración social.

Todos estos conceptos forman parte de cualquier definición conceptual de calidad de vida de en la vejez que, aunque corresponde a un concepto que posee una gran dispersión, todas las definiciones hacen referencia a la vida plena y la felicidad del ser humano en esta etapa de su vida.

Relación entre los espacios verdes y el envejecimiento saludable

En gran parte de las investigaciones con adultos mayores, la opción de realizar ejercicio físico en espacios verdes es la más elegida por este grupo poblacional generándoles bienestar psicosocial.

Así mismo, tener contacto con espacios naturales aumenta la probabilidad de ser personas activas y lograr una mejor calidad de vida.

El ejercicio realizado en espacios verdes puede ser una ruta importante para la instauración de estilos de vida más saludables que influyan en otros ámbitos de la vida del adulto mayor con especial énfasis en la salud y el bienestar.

El contacto con espacios naturales en la vejez genera un aumento en la posibilidad de realizar ejercicio físico y disminuir la tasa de declive cognitivo.

Al igual que fortalecer diferentes aspectos como la seguridad en si mismos, cohesión social, conexión con la naturaleza, bienestar psicosocial, mejoras en la función física y psicológica.

Esto permite que el ejercicio en espacios verdes se constituya en una estrategia para cumplir con los criterios que establece la OMS y que los estilos de vida saludables en el adulto mayor sean una realidad.

"Un campeón es alguien que se levanta cuando no puede más." William Harrison “Jack” Dempsey.

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