La conexión oculta ¿Qué relación tiene la enfermedad inflamatoria intestinal con la ansiedad, la depresión y el trastorno bipolar?
Autor Chimalli Digital
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal, con sus dos subtipos, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, es una enfermedad crónica del tracto gastrointestinal regulada por el sistema inmunitario.
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal puede ser diagnosticada durante cualquier etapa de la vida o fase existencial con una incidencia máxima en la edad adulta temprana.
Resultando impredecible el curso de la enfermedad; donde los pacientes se enfrentan a períodos con exacerbaciones, tratamiento medico y, a menudo, cirugía.
Muchos personas se ven afectadas por las consecuencias que conlleva padecer de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal a través de una extensa parte su vida, lo que de manera recurrente los lleva a ausentarse del trabajo o la educación y experimentar un deterioro en la calidad de vida.
Las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal tienen una mayor predisposición de sufrir ansiedad, depresión y posiblemente trastorno bipolar que la población en general.
De acuerdo con un metaanálisis reciente, se halló que una prevalencia combinada de síntomas de ansiedad del 31.3% y una prevalencia combinada de síntomas de depresión del 25.2% en personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
A su vez un estudio evidenció que las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal tienen un mayor riesgo de padecer ansiedad y de sufrir de algún trastorno del estado de ánimo.
Mientras que otro estudio halló un incremento de la tasa de incidencia del trastorno bipolar en personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Las comorbilidades psiquiátricas aumentan el uso y los costos de la atención médica en personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Y es que la ansiedad y la depresión podrían estar exacerbando el curso de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, por el contrario, el tratamiento de la ansiedad y la depresión se ha asociado con mejoras en los síntomas ocasionados por la Enfermedad Inflamatoria Intestinal junto con una mejor calidad de vida.
Las investigaciones indican que la relación entre le Enfermedad Inflamatoria Intestinal, la ansiedad y la depresión, lo que significa que el riesgo de padecer estas enfermedades es mayor tanto antes como después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Las causas hipotéticas de esta relación bidireccional incluyen vías de enfermedades compartidas, comunicación a través del eje intestino-cerebro y factores genéticos compartidos.
Si bien la investigación científica sobre la conexión entre la Enfermedad Inflamatoria Intestinal y las enfermedades psiquiátricas ha aumentado, aún no queda claro en que medida las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal se ven afectadas a lo largo de su vida y cuándo surgen las comorbilidades psiquiátricas.
La conexión científica entre la enfermedad inflamatoria intestinal y los trastornos del estado de ánimo: descubrimientos actuales
Se llevó a cabo un estudio científico reciente, realizado en Dinamarca, en el que participaron más de 22,000 personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, donde los investigadores caracterizaron la comorbilidad psiquiátrica año por año antes, durante y después del diagnostico de dicha enfermedad para comprender mejor la carga que presentan estas enfermedades durante toda la existencia de las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Los científicos hallaron que las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal tienen consistentemente una mayor incidencia de ansiedad y depresión comenzando al menos cinco años antes del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal y continuando durante al menos diez años después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal en comparación con los individuos de la población en general.
Dicho patrón estuvo presente tanto para la ansiedad y la depresión graves medidas por las personas con problemas en su salud física, con síntomas de inflamación intestinal, presentes en el hospital como para una gama más amplia de casos medida por las recetas dispensadas de antidepresivos.
A diferencia de gran parte de los estudios poblacionales previos sobre este tema, en esta ocasión los científicos examinaron la aparición de enfermedades psiquiátricas en la misma población a lo largo del tiempo, tanto antes como después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Los hallazgos recientes acerca de una mayor frecuencia de ansiedad y depresión, así como el uso de antidepresivos incluso 3 a 5 años antes del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal, concuerdan con un estudio de 2019 de Canadá.
Donde las personas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal tenían una mayor incidencia de depresión cinco años antes y de tres años para los casos de ansiedad.
Es poco probable que esto se deba simplemente al retraso en el diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal, que suele ser inferior a un año en Dinamarca.
Es posible que se deba a la inflamación subclínica presente en los años previos al desarrollo de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, o que las enfermedades puedan compartir vías biológicas que causen susceptibilidades en las personas tanto a la Enfermedad Inflamatoria Intestinal como a la ansiedad y la depresión.
Los mayores niveles de ansiedad y depresión y la utilización de antidepresivos indican que las personas están luchando incluso antes de recibir un diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal, y el estrés podría desencadenar la aparición de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Aunque queda por establecer de manera sólida cuánto estrés percibido afecta los síntomas de Enfermedad Inflamatoria Intestinal y la inflamación intestinal medidos objetivamente.
Sumado a ello, también observaron un mayor riesgo de ansiedad y depresión de nueva aparición al menos diez años después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal, tanto para las expresiones de ansiedad y depresión graves como para las más moderadas.
El riesgo fue particularmente alto en el primer año después del diagnóstico, lo que concuerda con los descubrimientos de un estudio poblacional sueco.
La alta frecuencia de diagnósticos de comorbilidad psiquiátrica en el momento del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal indica una tensión particularmente alta por los síntomas intestinales y por lidiar con el diagnóstico de una enfermedad crónica.
También podría señalar una ventana de oportunidad temprana para controlar las comorbilidades psiquiátricas y, al mismo tiempo, mejorar potencialmente el curso de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, ya que se ha sugerido que la comorbilidad psiquiátrica incrementa el riesgo de Enfermedad Inflamatoria Intestinal activa.
La depresión fue más frecuente que la ansiedad tanto en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal como en la población de referencia.
La conexión entre la Enfermedad Inflamatoria Intestinal y la depresión se ha explicado en parte por diversos mecanismos, que incluyen señalización alterada del nervio vago, cambios en la morfología del cerebro, sobreproducción de óxido nítrico en el cerebro y citoquinas proinflamatorias circulantes en la periferia y en el cerebro.
No obstante, cabe resaltar que la ansiedad se trata predominantemente en la práctica general y en la práctica privada especializada, lo que significa que es mucho más frecuente de lo que se refleja en los datos que logran registrar los hospitales.
A lo largo del periodo de estudio, los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal tenían un mayor uso de antidepresivos que los individuos de la población general, particularmente en el momento y en los primeros años después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Si bien los antidepresivos se utilizan para diversas afecciones, como el estrés, el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y el dolor crónico, la gran mayoría de las recetas se administran para la depresión.
En el Registro Nacional de Recetas de Dinamarca, el 78% de las recetas de antidepresivos que contenían indicaciones se dieron para la depresión y el 11% para la ansiedad.
Por ende, es razonable observar una mayor frecuencia de uso de antidepresivos en la población con Enfermedad Inflamatoria Intestinal como una medida de un espectro más amplio de enfermedades de ansiedad y depresión que posiblemente sea más indicativo de problemas de salud mental que solamente una situación de salud física.
De acuerdo a los análisis estratificados, el grupo de edad más joven (18-39 años) tenía un mayor riesgo de tener un mayor impacto en su salud física a causa de la depresión y uso de antidepresivos, pero su riesgo era menor que el de los grupos de mayor edad tanto antes como después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Las diferencias fueron estadísticamente notables a pesar de frecuencias de fondo similares de depresión en los grupos y a pesar de frecuencias de fondo más altas de uso de antidepresivos en los grupos de mayor edad en comparación con el grupo de 18 a 39 años.
Esto podría reflejar una vulnerabilidad particular en las personas mayores con Enfermedad Inflamatoria Intestinal como efecto de una demora más amplia en el diagnóstico, lo que podría conducir a una peor salud mental.
O podría deberse a factores ambientales que probablemente tengan una mayor influencia en el desarrollo de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal en personas mayores que los factores genéticos, que probablemente son más importantes para el desarrollo de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal en los jóvenes.
Las personas con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa difirieron según los análisis llevados a cabo por los científicos.
Tomando en cuenta dichos análisis, las personas con enfermedad de Crohn tienen un riesgo ligeramente mayor de un impacto en su salud física a causa de la depresión y por recibir una receta de antidepresivos tanto en los años anteriores como en los años posteriores al diagnóstico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Esto concuerda con estudios previos que sugieren que las personas con enfermedad de Crohn son más vulnerables a la comorbilidad psiquiátrica que los pacientes con colitis ulcerosa.
No encontraron diferencias en el riesgo relativo entre hombres y mujeres, lo cual coincide con un estudio de 2019 de Corea del Sur.
Las tasas de todos los resultados fueron más altas tanto en las mujeres con Enfermedad Inflamatoria Intestinal como en la población de referencia, lo que refleja tasas absolutas más altas de ansiedad, depresión y trastorno bipolar en las mujeres.
El trastorno bipolar no se asoció con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, a excepción de los pacientes con enfermedad de Crohn que tenían un mayor riesgo de tener un impacto en su salud física por trastorno bipolar en los años posteriores al diagnóstico de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Esto podría ser un hallazgo incidental, o puede ser un efecto de los esteroides administrados para la enfermedad de Crohn que puede provocar hipomanía.
El posible impacto del uso de esteroides en la asociación de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal con la ansiedad, la depresión y el trastorno bipolar merece más investigación, ya que se sabe que los esteroides causan efectos psiquiátricos adversos.
En suma, el reciente estudio poblacional llevado a cabo en Dinamarca que tuvo acceso a datos previos y posteriores al diagnóstico de hospitales, clínicas ambulatorias y farmacias, evidenció una carga clínicamente significativa de ansiedad y depresión en pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal continuamente de al menos cinco años antes del diagnóstico hasta al menos diez años después del diagnostico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
El riesgo de depresión fue particularmente alto en el momento del diagnostico y fue más alto en aquellos diagnosticados con Enfermedad Inflamatoria Intestinal después de los 40 años.
Dichos resultados demuestran que los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal son vulnerables a problemas de salud mental y podrían beneficiarse de una atención integral que incluya evaluación y manejo de comorbilidad psiquiátrica.
Con especial atención en el momento del diagnostico de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
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