Metabolismo: la importancia del ejercicio físico y la dieta de restricción de calorías para bajar de peso
Autor Chimalli Digital
Nos encontramos en una época en la que la obesidad es una enfermedad que, induce una importante presión sobre la salud pública.
Y está intrínsecamente relacionada a múltiples comorbilidades cardiometabólicas y a un mayor riesgo de mortalidad por complicaciones de otras enfermedades.
Se considera que la obesidad es causada principalmente por un equilibrio energético positivo sostenido (superávit calórico), aunado con factores genéticos, ambientales y conductuales, lo cual provoca un incremento lento del peso corporal y la adiposidad.
En base a esto, los tratamientos para bajar de peso suelen tener como objetivo propiciar un equilibrio energético negativo (déficit calórico) y enfocarse en la reducción de la ingesta de energía a través de programas de dietas hipocalóricas con supervisión médica.
En paralelo, otras estrategias de tratamiento son las intervenciones conductuales y de ejercicio físico, un conjunto limitado de medicamentos aprobados y diversos tipos de cirugía bariátrica.
Los resultados de llevar a cabo estos tratamientos para bajar de peso son significativamente variados en cuanto al éxito, que habitualmente se adjudica a la falta de adherencia a los tratamientos prescritos.
No obstante, se han observado variaciones en la capacidad para bajar de peso incluso después de controlar la adherencia.
Por tal motivo, es de suma importancia determinar los complejos factores que influyen en el éxito de bajar de peso de forma interindividual.
Para mejorar los resultados de las personas que padecen obesidad y que no consiguen perder peso al adherirse a tratamientos para bajar de peso inducidos por la dieta.
Se piensa que la reducción de la capacidad de pérdida de peso es una adaptación evolutivamente preservada del gasto energético, la cual compensa los déficits energéticos prolongados.
Los mecanismos subyacentes que impulsan estas adaptaciones en el gasto calórico y la susceptibilidad a bajar de peso, se han relacionado a diferencias en los mediadores hormonales, tejidos y bioenergética celular y factores genéticos.
Asimismo, el musculo esquelético es uno de los principales lugares de actividad metabólica y representa el 20% de la tasa metabólica en reposo y, entre el 40% y 50% del peso corporal total.
Es por eso que resulta importante identificar las diferencias en el metabolismo del musculo esquelético que encausan hacia la resistencia o sensibilidad en la aptitud para bajar de peso.
Ya que es un aspecto esencial para entender el por qué el cuerpo de algunas personas responde mejor a las estrategias para perder peso en comparación al de otras personas.
Se ha observado que, el musculo de los pacientes adherentes a la dieta que se encuentran en el 20% superior de la tasa de pérdida de peso, los cuales tienen cuerpos que responden de forma excelente al respecto.
Tienen un mayor número de fibras musculares oxidativas de tipo I, una mayor fuga de protones mitocondriales, una mayor capacidad antioxidante y una mayor expresión de los genes implicados en el metabolismo de la glucosa y los ácidos grasos.
En comparación con los pacientes del 20% inferior que pierden peso lentamente en respuesta a la restricción calórica, los cuales tienen cuerpos resistentes a la dieta.
Así pues, los científicos se propusieron evaluar la eficacia del ejercicio físico sobre la composición corporal y la función mitocondrial, para lo cual participaron un grupo de mujeres que padecen obesidad identificadas como resistentes a la dieta o sensibles a la dieta.
Y encontraron lo siguiente…
Si bien son extensos los conocimientos acerca de las causas generales y las consecuencias de la obesidad.
No ocurre lo mismo con nuestra comprensión sobre los beneficios del ejercicio físico, en relación a bajar de peso, en comparación con las personas que pierden peso rápidamente por una dieta de restricción de calorías.
Es por ello que los científicos de la Universidad de Ottawa, realizaron un análisis integrado del metaboloma del vasto lateral (metabolitos de una porción del músculo cuádriceps) y del esfingolipidoma (región del cuerpo en el que se encuentran lípidos complejos).
E identificaron diversas diferencias en el metabolismo que distinguieron aun más los fenotipos de personas que pierden peso rápidamente mediante una dieta de restricción de calorías y las que tienen mayor resistencia a la misma.
Así mismo, confirmaron las diferentes reacciones del cuerpo de las personas al realizar ejercicio físico como método para bajar de peso.
En su totalidad, estos hallazgos tienen implicaciones significativas en el desarrollo de estrategias de tratamiento más eficaces y personalizadas para atender el sobrepeso, la obesidad y la perdida de peso.
Grado de obesidad e implicaciones de la distribución de la grasa
La forma más utilizada para determinar el grado de obesidad de una persona es el IMC, sin embargo, este método es defectuoso al ser usado como único indicador para evaluar y clasificar el grado de obesidad.
Asimismo, el IMC por sí mismo es un mal predictor del riesgo individual de enfermedades cardiometabólicas.
Un reciente metaanálisis de 72 cohortes (grupo de participantes seleccionados del ensayo clínico) con más de 2 millones de participantes ha comprobado que la adiposidad central se asocia a un mayor riesgo de mortalidad por complicaciones de cualquier otra enfermedad, independientemente de la adiposidad general.
Es decir, que la grasa acumulada en el tronco del cuerpo es la más dañina que la que se encuentra en cualquier otra parte del cuerpo.
Del mismo modo, los estudios mecánicos (referentes a cuando una persona realiza ejercicio físico) han demostrado que los adipocitos viscerales expresan mayores niveles de lipasa sensible a las hormonas y son más resistentes a los efectos antilipolíticos de la insulina.
La mayor sensibilidad a los estímulos lipolíticos favorece a la hipertrigliceridemia debido a la liberación de ácidos grasos en la circulación en estrecha proximidad a la vena porta.
En otras palabras, se advierte que es más difícil que el cuerpo queme grasa de la zona del abdomen aun cuando se aumenta el gasto de energía mediante ejercicio físico, por lo que tardara más tiempo en que podamos ver cambios en esa zona del cuerpo.
No es tan buena noticia si eres de las personas que pierde peso rápidamente al hacer dieta
Se observó que la síntesis y la utilización de la ceramida en el musculo, de personas que pierden peso rápidamente realizando dieta de restricción de calorías, están aumentadas.
Como indican las redes de correlación serina/PE, lo que produce un mayor riesgo de síndrome metabólico en este grupo de personas.
Por lo que, a pesar de los beneficios de perdida de peso de un fenotipo sensible a la dieta, estos individuos tienen un mayor riesgo de sufrir las complicaciones metabólicas de la obesidad.
¿Qué hay del ejercicio físico como estrategia para bajar de peso?
Los estudios que evalúan la eficacia del ejercicio físico como tratamiento terapéutico para inducir la perdida de peso han producido resultados inconsistentes y, en conjunto, han contribuido a los enfoques generalmente centrados en la dieta para tratar la obesidad.
Aun cuando se ha establecido que el ejercicio físico en combinación con la restricción calórica ocasiona una mayor perdida de peso inicial y reducción de peso sostenido en el tiempo.
La frase “no puedes dejar atrás una mala dieta” se basa en una década de investigación que demuestra que la disminución en la ingesta de energía generalmente conduce a una mayor perdida de peso que el aumento del gasto energético mediante el ejercicio físico.
En teoría, el gasto energético debe superar la ingesta de energía para inducir un resultado exitoso de perdida de peso.
No obstante, los intentos para explicar la pérdida de peso inadecuada en respuesta a las intervenciones de ejercicio se han centrado en las bajas dosis de ejercicio prescrito, la heterogeneidad en la respuesta al ejercicio y el aumento compensatorio de la ingesta calórica que se observa habitualmente.
Aunque es cierto que, en los casos en los que los individuos que siguen una dieta no consiguen no consiguen perder peso con éxito mediante la restricción calórica, el ejercicio puede aumentar preferentemente su capacidad para bajar de peso.
Reprogramando el metabolismo del músculo esquelético para potenciar los procesos oxidativos, lo que coincide con los hallazgos, hechos por los científicos de Ottawa, en el musculo biopsiado y en las células musculares primarias derivadas.
¿Y las personas resistentes a perder peso mediante dieta?
De acuerdo a los hallazgos de un mayor porcentaje de grasa corporal y uno menor de masa magra en personas con resistencia a la dieta, respaldan el uso del ejercicio físico para mejorar la capacidad de perdida de peso en la obesidad resistente a la dieta.
Ya que la perdida de peso inducida por el ejercicio físico reduce de manera importante la masa de grasa total en mayor medida que la perdida de peso inducida por la dieta.
El ejercicio físico, cuando se integra con la restricción calórica, atenúa la perdida de masa muscular, mejora la composición de las miofibrillas y estimula la síntesis de proteínas musculares en personas que padecen obesidad.
Las fibras de tipo II, que son más abundantes en el musculo de las personas con resistencia a la dieta, se adaptan primero al entrenamiento mediante el reclutamiento de células satélite para su regeneración.
Adicionalmente, el análisis de enriquecimiento de conjuntos de genes en el músculo recto femoral demostró una menor expresión de proteínas ribosomales en individuos con resistencia a la dieta y obesidad.
En comparación con las personas que pierden peso rápidamente al hacer dieta, para las que se ha demostrado que el ejercicio de resistencia induce la biogénesis ribosómica.
Mientras que la perdida de peso rápida y la mejora en la sensibilidad a la insulina se observan con la pérdida de peso ocasionada por la dieta, la restricción energética no induce la biogénesis mitocondrial ni mejora la función mitocondrial (la cual produce la energía química que utiliza el cuerpo).
Por el contrario, el ejercicio físico produce una rápida mejora de la función y el contenido bioenergético mitocondrial en tan solo 5 días.
También queda demostrado que el deterioro de la función mitocondrial del musculo esquelético observado sistemáticamente en el fenotipo resistente a la dieta es en parte atribuible a un menor contenido mitocondrial.
Que aumenta preferentemente en el músculo de las personas con resistencia a la dieta con la práctica de ejercicio físico.
Los aumentos producidos por el ejercicio físico en la capacidad oxidativa y los supercomplejos respiratorios, medidos tanto en el músculo esquelético como en los miotubos primarios derivados de biopsias, sugieren además que el ejercicio reprograma las células satélites en la obesidad resistente a la dieta.
Mediante mecanismos epigenéticos, ya que incluso una sola sesión de ejercicio físico reduce la metilación de los promotores de PPARGC1A, PDK4 y PPARD y aumenta la expresión de estos genes.
Para concluir…
El ejercicio físico mejora la composición corporal y la función bioenergética del músculo esquelético en individuos con obesidad que no responden de manera adecuada a la restricción energética.
Del mismo modo, aunque el fenotipo resistente a la dieta pareciera intrínsecamente preferible a un estado resistente a la dieta.
Las mismas características metabólicas que permiten la rápida lipólisis y la perdida de tejido adiposo visceral hacen que las personas que pierden peso rápidamente al realizar dieta sean más susceptibles a enfermedades metabólicas previas a la pérdida de peso.
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