El poder de la piña: una solución deliciosa para protegerte del colesterol y adelgazar
Autor Chimalli Digital
La piña, fruta tropical muy popular, con un alto valor nutricional y propiedades, qué sensacional. En todo el mundo se consume sin cesar, en la dieta diaria fácilmente se puede incorporar.
Fibra dietética en abundante cantidad, ácido gálico, catequina, ¡gran calidad! Epicatequina y ácido ferúlico, fitoquímicos en acción, la piña fuente de salud ¡Ay qué bendición!
Dichos compuestos biológicamente activos proporcionan poderosas actividades farmacológicas naturales.
Diversos estudios científicos han informado acerca de los beneficios para la salud del consumo de piña, ya que son admirables sus propiedades antiobesidad, antidislipidemia, antioxidantes y antiinflamatorias.
No obstante ello, pocos estudios, es verdad, se han enfocado en profundidad, el efecto de la piña en la hipercolesterolemia, una realidad. Estrés oxidativo cardíaco, inflamación en cuestión, mayor investigación es necesaria para hallar la solución.
Hipercolesterolemia: el exceso de lípidos que amenaza tu corazón
La hipercolesterolemia es un trastorno metabólico importante, se valora como un riesgo relevante de morbilidad y mortalidad cardiovascular.
Los resultados del consumo de una dieta alta en colesterol no saludable o la hipercolesterolemia familiar aumentan inusualmente los lípidos en la circulación y la acumulación en tejidos particulares.
Los lípidos son la principal fuente de energía necesaria para la función de bombeo cardíaco. La hipercolesterolemia inducida por el consumo de una dieta alta en colesterol, durante un tiempo prolongado, se ha asociado con la acumulación de lípidos en el corazón.
La sobrecarga excesiva de lípidos en el miocardio es propensa a resultar dañina al alterar los canales iónicos y la integridad de la membrana.
El exceso de lípidos en el corazón y la acumulación de grasa en los cardiomiocitos produce lipotoxicidad por oxidación de ácidos grasos y desacoplamiento de la producción de ROS (Especies Reactivas del Oxígeno. ROS, según las siglas inglesas de reactive oxygen especies) mitocondriales, lo que conduce a la pérdida de miocitos por apoptosis.
Dichas especies altamente reactivas son responsables de la inflamación de bajo grado al inducir daño oxidativo localmente en las moléculas de proteínas y lípidos cardíacos.
Por conclusión, la prevención es clave, para el corazón cuidar, la inflamación miocárdica, hay que controlar.
Por la ingesta de una dieta alta en colesterol inducida, suscita complicaciones cardiacas no deseadas, por lo que resulta un enfoque factible, evitar tragedias esperadas.
En la actualidad, las terapias para reducir los lípidos no solo se enfocan en los perfiles de lípidos para disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, sino que también se centran en mecanismos independientes del colesterol, como los puntos finales cardíacos.
Por ejemplo, las estatinas son un fármaco de primera línea para el tratamiento de la dislipidemia con efectos pleiotrópicos adicionales tanto en la antioxidación con en la antihipertrofia que se asocian con la mejora de la estructura del corazón y sus funciones.
A pesar del uso generalizado de dicho fármaco, aún se requiere investigar el tratamiento a largo plazo con respecto a sus posibles complicaciones y la falta de adherencia que puede causar importantes implicaciones clínicas en ciertos pacientes.
De forma alternativa, comer alimentos funcionales es una opción atractiva, saludables y con propiedades hipolipemiantes, y si son de los que además cuentan con antioxidantes presentes se convierten en una deliciosa iniciativa para la hiperlipidemia controlar y el bienestar mejorar.
Estudio científico revela: el consumo de piña combate el estrés oxidativo y la inflamación, favoreciendo la pérdida de peso
De acuerdo a los hallazgos obtenidos por los científicos, en un estudio donde alimentaron a ratas con una dieta alta en colesterol, la piña contiene potentes compuestos fenólicos y flavonoides que eliminan los radicales.
En un modelo animal, la ingesta diaria de piña ofrece importantes beneficios para la salud en el control del peso corporal, la antidislipidemia y la reducción del daño hepático en ratas hipercolesterolémicas inducidas por el consumo de una dieta alta en colesterol.
Una cualidad característica de la hiperlipidemia es una acumulación excesiva de lípidos en el cuerpo, que tiende a promover la obesidad.
Según el estudio en ratas, el grupo alimentado con una dieta rica en colesterol aumentó sustancialmente el peso corporal después de dos semanas de tratamiento.
Curiosamente, tanto el consumo de piña como el tratamiento con simvastatina atenuaron significativamente el aumento de peso corporal inducido por la ingesta de una dieta alta en calorías sin afectar la relación entre el peso del corazón y el cuerpo.
En comparación con el grupo que fue alimentado con una dieta rica en colesterol, una dosis alta diaria de consumo de piña mostró una reducción del 35% y 40.5% de colesterol total y LDL-C sérico, respectivamente, así como aproximadamente un 46% de simvastatina.
La tendencia de reducción de lípidos y pérdida de peso fue similar al tratamiento con simvastatina y la eficacia del control de peso por el consumo de piña se relacionó con la reducción de lípidos séricos.
La ingesta diaria de piña no afectó el apetito y el consumo de alimentos de las ratas.
De manera similar, El-Shazly y su equipo de científicos hallaron que el jugo de piña suprime la obesidad inducida por la ingesta de alimentos ricos en colesterol al disminuir el suero lipídico, el aumento de peso y la acumulación hepática de lípidos mediante la disminución de lipogénesis y el aumento de la lipólisis a nivel transcripcional de los genes relacionados con el metabolismo lipídico.
La fibra dietética, bien sabido es, que ejerce un rol clave en la promoción de diversos efectos beneficiosos fisiológicos y metabólicos.
En particular, como agente de carga, al normalizar la motilidad intestinal, previniendo el estreñimiento, evitando la obstrucción, y disminuyendo la absorción intestinal de colesterol y glucosa.
La piña seca utilizada en dicho estudio científico presenta un alto contenido de fibra dietética con una cantidad estimada del 9% de su peso.
Sumado a ello, hace poco se ha informado, de acuerdo a otro estudio científico, que la ingesta de una dieta alta en fibra previene la corpulencia y disminuye los niveles de colesterol total, triglicéridos, LDL-C en la obesidad.
Más aún, pues también suministra beneficios para el tracto gastrointestinal, al aumentar la presencia de los prebióticos, cambiar la microbiota intestinal y al mejorar la fermentación bacteriana en relación con la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC).
Lo cual está estrechamente relacionado con el control del peso corporal y la prevención de la hiperlipidemia.
No obstante, los efectos de la ingesta de la piña aún en duda están, pues en relación a la hipercolesterolemia más estudios se requerirán. Al igual que con el actuar de la microbiota en el intestino que requiere de investigación adicional para resultados claros hallar.
Además, las evidencias sugieren que la simvastatina reduce el riesgo de eventos cardiovasculares.
Los índices aterogénicos de lipoproteínas aterogénicas y antiaterogénicas han surgido como marcadores predictivos de enfermedades cardiovasculares.
Resulta imprescindible recalcar que el coeficiente aterogénico y la razón de riesgo cardíaco son potentes indicadores de riesgo cardiovascular; cuanto mayor sea el valor, mayor será el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria.
La ingesta cotidiana de piña reduce el coeficiente aterogénico y el índice de riesgo cardiaco, una gran hazaña en verdad, de manera similar al tratamiento con simvastatina.
Por lo tanto, la piña es un complemento ideal para la dieta diaria, ya que puede proporcionar un efecto hipolipemiante adicional que podría permitir la medicación reducir y servir como un alimento funcional potencial para la salud cardiovascular.
La hipercolesterolemia se asocia con estrés oxidativo cardiaco elevado. Sin embargo, el efecto del consumo de piña sobre el corazón, particularmente el estrés oxidativo y la inflamación de la hipercolesterolemia, sigue siendo poco conocido.
El corazón es un órgano metabólico altamente valorado, alimentado principalmente por lípidos que captan ácidos grasos de la circulación.
Los cambios críticos en la disponibilidad de sustratos provocan alteraciones en el metabolismo cardíaco. El exceso de circulación de los niveles de ácidos grasos en la hipercolesterolemia crea un desequilibrio en la captación de lípidos en el corazón que ocasiona la acumulación de lípidos.
Por consiguiente, los sustratos de combustible cambian de glucosa a triglicéridos y aumentan la oxidación de ácidos grasos, lo cual induce la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno, que a su vez daña las biomoléculas.
De acuerdo con los datos hallados por los científicos, la ingesta de piña aumenta la carbonilación de proteínas a un nivel similar al del tratamiento con simvastatina y al del grupo de control.
Aunque determinaron que era cuestionable el elevado nivel de oxidación de proteínas del consumo de piña, que era similar al del grupo de control.
Lo ocurrido podría ser una posibilidad para una respuesta adaptativa a la ingesta de una dieta alta en colesterol.
La identificación de proteínas modificadas especificas y sus funciones, particularmente en las consecuencias cardíacas del consumo de piña, requieren de mayor investigación.
La peroxidación lipídica cardiaca aumentó en el modelo de hipercolesterolemia inducida por una dieta alta en colesterol, mientras que mejoró significativamente la peroxidación lipídica después del consumo de piña o el tratamiento con simvastatina.
Dado que la piña contiene compuestos fenólicos y flavonoides antioxidantes, su ingesta podría disminuir el estrés oxidativo mediado por la hipercolesterolemia.
Así pues, el consumo de piña es capaz de atenuar el estrés oxidativo cardíaco sobre las biomoléculas, lo que indica que posee propiedades antioxidantes cardiacas.
La hipercolesterolemia, el sobrepeso y el estrés oxidativo pueden inducir inflamación sistémica y de órganos vitales, en particular el corazón, a través de la sobreexpresión de citoquinas proinflamatorias que son: factor de necrosis tumoral-alfa (TNF-α), interleucina 6 (IL-6) e interleucina 1-beta (IL1-β).
Según el estudio científico reciente, se evidenció una elevación de la inflamación cardiaca al incrementar la IL-6 en el grupo que llevaba una dieta alta en colesterol.
Siendo ese el primer informe que aborda el efecto cardioprotector de la piña que atenúa la inflamación cardíaca en el modelo de hipercolesterolemia inducida por una dieta alta en colesterol.
La inflamación mediada por IL-6 también esta implicada en enfermedades cardiovasculares que se produce en respuesta a la lesión de la célula del huésped, mientras que niveles crónicamente elevados de la misma podrían provocar inflamación crónica y trastornos fibróticos.
El efecto antiinflamatorio superior de las piñas puede crear oportunidades terapéuticas para reducir las lesiones cardiacas inducidas por IL-6.
Los compuestos polifenólicos que se encuentran en diversas frutas, especialmente en las piñas, pueden inhibir la inflamación mediada por IL-6.
En relación a la seguridad de la ingesta de piña, los científicos evaluaron las enzimas hepáticas y la función renal para detectar efectos adversos.
Los niveles elevados de aspartato aminotransferasa y alanina aminotransferasa de la ingesta de una dieta alta en colesterol sugirieron que la hipercolesterolemia inducía daño hepático.
El consumo diario de piña (en duración subcrónica) o el tratamiento con simvastatina pueden reducir la hepatotoxicidad inducida por una dieta alta en colesterol, mientras que la función renal no se vio afectada en ninguno de los grupos que fueron tratados.
Teniendo en cuenta que el consumo diario de piña no tiene efectos adversos, diversos estudios científicos han informado de sus efectos beneficiosos para disminuir la acumulación de lípidos hepáticos, así como el daño hepático producido por consumir una dieta rica en colesterol y modelos de estrés oxidativo provocado por beber alcohol.
El consumo de piña de 100 a 200 mg/kg en el modelo animal equivale de entre 37.5 g a 75 g de piña fresca para adultos calculado en adultos con 50 kg de peso. Es decir, de entre 0.75 g a 1.5 g por kg de peso en adultos.
Las propiedades cardioprotectoras de la piña son asequibles y deben incorporarse a la dieta diaria.
En líneas generales, la ingesta diaria de piña brinda beneficios para la salud y podría considerarse un alimento funcional para la afección cardiovascular causada por la ingesta de una dieta alta en colesterol.
Los principales polifenoles presentes en las piñas, los mecanismos moleculares del estrés antioxidante y la antiinflamación en el tejido cardiaco, así como sus efectos a largo plazo, requieren de mayor investigación para una implementación segura y eficaz.
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